lunes, 23 de noviembre de 2009

“Hecho a mano,hecho en Perú”

Celebro en esta historia el poder del canto, la voz amable del cuento , de la palabra que cura al decir …spolius, spacius ,musumarios ,ese idioma inventado que tenemos las madres con nuestros hijos , que provoca asombro, carcajadas, complicidad exclusiva con el corazón de niños que saben de su significado así sean adultos recorridos.
Una esperanza , que se materializa en el objeto de un libro, que me ha permitido conocer a tanta gente que cree y trabaja por restablecer los vínculos de amor y afecto.
Un relato que evoca el estado de la propia infancia de quien lo lee como un derecho a ser vivido.
Pasaron nueve meses y mi libro ya está aqui.
Presentación en el Insitituto Goethe, 2009.





martes, 20 de octubre de 2009

Narrando cuentos

Los peluches nunca han sido de mis muñecos favoritos sin embargo uno de ellos se coló en mi Taller de cuentos.Sentado en su sillita este pequeño osito era el encargado de dar inicio a la narración del cuento para los niños que asistían a mi taller .Con la aparición de Osito (como le había llamado) los niños se sentaban en círculo, en silencio y listos para escuchar una nueva historia.
En los meses siguientes además de traer sus libros de cuentos favoritos ,todos espontáneamente le traían regalos a Osito, juguetes,ropita y otras cositas, los niñ@s más tímidos se expresaban a través de este pequeño muñeco de peluche.
Al año siguiente Osito ya tenía una camita con sábanas, cubrecama, y almohadita que yo misma le había fabricado. Las conversaciones de los niños se relacionaban con la noche, lo que hacían antes de dormir, algunos recordaban con detalle lo que habían soñado, sobre todo sus miedos.
A mi hijo Alejandro le encantaba que le contara acerca de todo lo que pasaba en el taller (en realidad quería que le contara de Osito )y también él me contaba de sus pesadillas.
Uno de esos días su profesora me invitó a realizar una sesión de relajación. Eran chicos de 10 a 11 años y bastante inquietos. Llevé conmigo todos los peluches y especialmente un muñeco de trapo vestido en piyama. Coloque la pequeña camita en una mesa al alcance de la mirada de todos los chicos .Los ojos de mi hijo se abrieron como platos ,cuando se dio cuenta que las sabanas y el cubrecama eran semejantes a las de su cama. Era algo especial que hice para él aunque creo que a muchos de sus compañeros les encantó que el cubrecama fuera de su súper héroe favorito. El muñeco del niño en piyama me ayudo a crear un ambiente especial tal como lo hacía con Osito en mi taller para los más pequeños. Ese día empecé a contarles un cuento: Había una vez un niño que no podía dormir...